El plan de pensiones es un producto financiero diseñado para el ahorro a largo plazo con el objetivo de complementar la pensión pública de jubilación y que el ahorrador no pierda capacidad adquisitiva una vez finalizada su vida laboral. Además, goza de inmejorables beneficios fiscales.
1) Ahorro para la jubilación: lo mejor de un plan de pensiones (y más que una ventaja, el objetivo principal) es que una vez llegado el momento de dejar de trabajar, podremos contar con un ingreso que nos permitirá mantener nuestra calidad de vida, sin mover un dedo.
2) Ayuda de la Agencia Tributaria: contamos con la inestimable ayuda de la Agencia Tributaria que nos devolverá parte de lo que invirtamos en nuestros planes de pensiones. Ahora bien, por muy tentador que resulte dedicar la desgravación de las aportaciones en costear las merecidas vacaciones estivales, es mucho más rentable reinvertir esa desgravación en ahorro para cuando no tengamos la capacidad de generar ingresos por nuestro trabajo.
3) Posibilidad de diversificar: un partícipe puede tener varios planes de pensiones siempre y cuando las aportaciones anuales a todos ellos no superen los máximos fiscales permitidos, actualmente fijados en 8.000 euros. Podrá combinar diferentes estrategias de inversión para maximizar y consolidar en los momentos adecuados los derechos consolidados invertidos.
4) Permiten elegir el tipo de inversión pudiendo traspasar el ahorro de uno a otro, (como ocurría con los fondos de inversión y los Unit Linked), sin pagar impuestos por ello. De esta forma, es posible invertir en los distintos mercados de renta fija o variable en función de las circunstancias económicas, del perfil inversor y de la proximidad a la jubilación.
5) Libertad, flexibilidad: a la hora de aportar dinero, el plan de pensiones ofrece la ventaja de poder elegir la cantidad que se quiere aportar o bien, no aportar nada si no nos es posible durante varios años. Además, los planes de pensiones no se pueden embargar.
6) Comisiones descontadas: los planes de pensiones tienen unas comisiones de gestión, que ya vienen descontadas en la rentabilidad de la ficha del plan de pensiones.
7) Garantía de ahorro a largo plazo: aunque parezca un inconveniente, tratándose de un producto ilíquido, en el que no podrás retirar tu dinero hasta que te jubiles (u otros supuestos establecidos) o pasados diez años desde la primera aportación que realices a partir de 2015, es una de las grandes ventajas con las que contamos. La no disponibilidad del ahorro salvo circunstancias especificadas, hará posible disponer de un capital en el momento de nuestra jubilación.
8) Planificación sucesoria: llegado el momento del rescate, los planes de pensiones permiten diferentes opciones
9) Beneficios fiscales: las aportaciones realizadas a un plan, disminuyen la base imponible de la declaración de la renta y, por tanto, reducen el importe de los impuestos que el contribuyente ha de pagar o aumentan el importe de la devolución de Hacienda, según el caso.
Desde un punto de vista cortoplacista, este último punto puede parecer lo mejor de un plan de pensiones. Es muy importante entender que las aportaciones a los planes de pensiones no sólo reducen lo que tendremos que pagar, sino que también nos permitirán asumir parte de las retenciones que nos han practicado y mejorar por tanto nuestra factura fiscal.
Hay que tener en cuenta que esta reducción de los tributos a pagar no es más que un diferimiento del pago del impuesto de la renta hasta el momento del recoger los derechos consolidados, ya que tributan (independientemente del motivo del rescate) como rendimiento del capital del trabajo en la declaración de la renta.
Por ello es imprescindible antes de decidir cómo recoger nuestros derechos consolidados realizar una consulta a personas especializadas en el tema, para no arruinar la rentabilidad que tantos años nos ha costado conseguir.
Estas son tan solo 9 puntos con los que hemos querido explicarte lo mejor de un plan de pensiones. Seguramente cuando llegue la hora de tu jubilación, se multiplicarán por la satisfacción y tranquilidad de poder estar cubierto y sin agobios por haber ahorrado cuando se ha podido.
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